Lo sabemos.
Hemos tenido muy clara la imagen de aquel paisaje
y queremos llegar
pero somos más de dar rodeos.
Empezamos tomando distancia
y no somos de esos que cogen atajos.
Te pregunto:
¿no estás cansado de no poder danzar? ¿de tus movimientos torpes y poco graciosos?
Reconozco que te temo un poco
y protesto
porque me has dejado mal señalado el camino
porque sólo yo entiendo tu herida
porque sufro al ponerme de pie